Esta serie es el resultado de una estancia en Berlin durante el verano de 2014. Recorriendo en bicicleta la ciudad, encontré estos pequeños jardines por casualidad e inmediatamente comencé a fotografiarlos.
Kleingarten significa lote o parcela individual. Es una asignación de tierra o un jardín del estado consignado a un particular para la siembra individual sin carácter comercial. Solían llamarse “Jardines de la Victoria” en el periodo entre las guerras mundiales. En estas parcelas, que se encuentran en medio de algunas otras ciudades europeas, los concesionarios pueden además de cultivar, construir un pequeño cobertizo para almacenaje y descanso temporal.
Bastó tan solo recorrer unos kilómetros para encontrar el primero de estos frondosos lugares que literalmente se me aparecieron dentro de la urbe. Resultaron ser un oasis para mis ojos y un pretexto fotográfico para descubrir jardines idealizados desde la infancia.
Estas casitas me encantaron por su tamaño y perfección dentro de un mundo que es más caótico y convulso. El jardín soñado siempre es perfecto, armonioso, verde y frondoso. Después de fotografiar, edité digitalmente las imágenes para exaltar su esplendor; removí objetos y basura, perfeccioné las construcciones y en algunos casos hice más frondoso el paisaje, para simular lugares en donde la naturaleza y la arquitectura conviven armoniosamente.
En esa ciudad Alemana, donde muros, guerras y muertes han sucedido incesantemente a lo largo de la historia, donde los esposos Becher encontraron fábricas monumentales que anunciaban el apocalipsis industrial, ahí encontré estos jardines que prometen un futuro más optimista.
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