Mi abuela, Rosario Zurita murió el 14 de febrero de 2009 a los 98 años de edad. Cuando regresé a México desde Nueva York, donde vivía en ese momento, descubrí su habitación tal y como lo había dejado, toda la ropa, fotografías y objetos aún contenían su olor y se rodeaban de un aura de pérdida. Le había hecho muchos retratos durante su vida y fue hasta este momento que me di cuenta de que no tomaría más fotos de ella. Como una reacción emocional hacia su muerte y previendo la desaparición de sus cosas, decidí fotografía su ropa favorita
Después de ver la colección de fotos de la ropa, descubrí que la mayoría de sus prendas portaban estampados con motivos florales y naturales. Como toda abuela, la mía se vestía con ropa que guardaba desde hacía más de veinte años y tenía un gusto particular por las plantas y flores en sus vestidos.
Para mí su guardarropa se convirtió en un jardín portátil me llevó de vuelta a mis más profundos recuerdos. Me imaginé jugando el jardín de su antigua casa, donde pasé gran parte de mi infancia, al tiempo que me transportaba al cementerio donde descansa ahora.
Esta serie fotográfica coincidió con mi búsqueda en torno a la naturaleza vista a través de la fotografía. En esta ocasión, comprendí el sentido simbólico y ambivalente de su representación.
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