Beatriz Diaz - A las cinco de la tarde

Las fotografías de esta colección están tomadas en distintos lugares en donde la naturaleza es abundante y salvaje. Me interesa el contraste misterioso entre luz y oscuridad, el dominio de la vegetación en contraposición a la soledad, la presencia y ausencia de vida en un mismo sitio. Cuidadosamente he seleccionado estos sitios por su complejidad visual.

El cuerpo de trabajo se compone de varias partes, podría decirse episodios o secciones. El argumento principal está dicho a través de los paisajes, mientras que los detalles se muestran como apuntes o acotaciones más abstractas. Principalmente busqué lugares en donde a pesar de usar lentes abiertos se veía menos, mientras que en los detalles, a pesar de estar muy cerca, la claridad es cada vez más confusa. En estas imágenes el detalle limita y la abundancia nubla la vista del espectador.

Me interesa mostrar el frágil momento en donde el paisaje se transforma, el momento en que se secan las hojas, en que las ramas se quedan vacías o cuando nace una planta en una roca. Me interesa también el momento en que las luces comienzan a apagarse y la imagen fotográfica se vacía hasta que desaparece.

Estas fotografías están hechas para ser vistas como dibujos o grabados, gestos ocasionados por un estado de ánimo, más que como documentos de los lugares mismos. Las ramas se convierten en líneas, trazos energéticos sin orden alguno. Las superficies se resumen en un solo plano, pierden volumen y se concentran en tonos de blanco y negro. Me interesa poco cuál lugar es, cómo es su situación geográfica o cualquier asunto de preservación natural. Estas no son fotografías comunes de paisaje, pues no denotan la grandeza o espectacularidad de un lugar. De modo contrario, son paisajes íntimos que buscan resonancia en el espectador.